Agosto, 30 del 2023.-Republicanismo y democracia han sostenido una relación muy peculiar adecuado a que en su expresión más ortodoxa. El republicanismo es presentado como una doctrina enemiga de la antigua democracia clásica.

Se presentaba el republicanismo como un semejante de crítica y alternativa a la democracia clásica. Durante muchos primaveras el sistema republicano se consideró el régimen político perfecto. Viene del latín res pública, cosa de todos.

Haciendo un dilatado reconvención en el debate político, desde la Edad Media, el período del Renacimiento, en la Ilustración y hasta la presente, el republicanismo ha estado presente. Y ha sido semejante de examen a la monarquía.

Una expresión de la referida peculiaridad de la relación entre republicanismo y democracia la vemos en el renacimiento de la democracia moderna en el siglo XVIII. Como es el caso específico de los Estados Unidos de América, que se amparó en el republicanismo.

En su obra La Democracia y sus Críticos, Robert Dahl plantea que entiende por tradición republicana un cuerpo de ideas, que no es sistemático ni coherente. Que tiene su origen no tanto en las ideas y prácticas democráticas de la Grecia clásica. Sino más admisiblemente en la encarnado de ciertos ideales políticos que se inician con Aristóteles, el crítico más trascendental de la democracia. Y sigue su discurrir en las experiencias de la Roma republicana, de la república de Venecia y de la reformulación y reinterpretación de la misma en Inglaterra y los Estados Unidos de América durante los siglos XVII y XVIII.

Visión de Aristóteles

Aristóteles veía la democracia como el gobierno de una sola clase social. El gobierno de los pobres. La república, frente a la democracia, vendría a significar un gobierno heterogéneo.

Es interiormente de esta concepción aristotélica de la república que surge la visión policéntica del poder planteada por John Locke y Montesquieu, en la que se buscaba los equilibrios que otorgan estabilidad a Estado.

El maniquí republicano protector pone acento en la carestia de un Estado musculoso y estable, requisitos imprescindibles para la protección de la ley y la neutralidad. Binomio necesario para tener ciudadanos con virtudes cívicas.

Este escrito del profesor Iván Gatón es parte de los podcasts y capsulas que produce para CDN Canal 37.