Santiago de pimiento7 de mayo (EFE) a nueva propuesta de Carta Magna.
Estas elecciones están marcadas por la desatiendo de interés ciudadano, a diferencia del acalorado proceso mencionado, que finalizó el 4 de septiembre cuando el 62% de los chilenos rechazó en plebiscito la primera propuesta de texto constitucional.
Fatiga electoral – de las protestas de 2019, kilos realizó siete elecciones-, el fracaso del proceso mencionado y la crisis de seguridad sin precedentes que atraviesa el país explican, según expertos, la desafección alrededor de estos comicios.
Aunque es difícil de predecir por la gran apatía y porque el voto es obligatorio -a diferencia de hace dos años- existe consenso en que el nivelación de poder será muy diferente al de la mencionado constituyente, dominada por la izquierda.
Los colegios electorales estarán abiertos hasta las 18:00 hora circunscrito (22:00 GMT) y los primeros resultados deberían estar disponibles un par de horas más tarde.
El presidente Gabriel Boric, poco involucrado en esos comicios, a diferencia del plebiscito de septiembre, vota en su nativo Punta Arenas (sur de Chile) y se demora que regrese a Santiago al mediodía para seguir los avances de la excursión desde el Palacio de La Moneda.
Oposición y partido de gobierno, divididos
El partido de Gobierno se presenta dividido en estas elecciones y se presenta con dos listas diferenciadas: una formada por el Partido Socialista y el ala más izquierda del Gobierno (Frente Amplio y Partido Comunista), y otra formada por los partidos de centroizquierda en el Gobierno adicionalmente de los demócratas cristianos, que no son exactamente la examen pero ni siquiera son miembros del gobierno.
La derecha asimismo llega dividida en tres listas: la tradicional de Chile Vamos (Udi, RN y Evópoli), la ultraderecha del Partido Republicano y la populista del Partido Popular.
Una de las claves para entenderlo está en los escaños obtenidos por estas dos últimas formaciones, que hace dos abriles no participaron en las elecciones por ser de flamante creación y que han subido mucho en las encuestas, pese a defender la presente Carta Magna, en vigor de la dictadura (1973-1990).
Si los tres derechistas ganan 30 o más escaños, tendrán el control total del entraña constituyente y podrán aprobar las reglas sin indigencia de negociar.
La gran novedad de este segundo intento de renovación de la Constitución es la décimo de un agrupación de 24 expertos designados por el Parlamento, cuya tarea es elaborar un plan que servirá de colchoneta a los 50 concejales (25 hombres y 25 mujeres) elegidos en las urnas.
Otra particularidad es la existencia de 12 principios fundamentales acordados antes por las partes para evitar una propuesta de refundación como la mencionado, que incluyen la manifiesto de Chile como «Estado de derecho social y tolerante», la indivisibilidad del «Estado chileno nación» o el sistema bicameral.