En Manila, donde se jugará la grado final del Mundial a partir del 5 de septiembre, no habrá sólo un título en grupo. También se dirimirá un hueco en los Juegos Olímpicos de París, para los que esta cita reparte dos plazas para Europa. En esa carrera está España, que tiene seria competencia. Hasta diez selecciones europeas (la misma España, Letonia, Serbia, Italia, Lituania, Montenegro, Grecia, Alemania, Eslovenia y Georgia) se han clasificado para la segunda grado del Mundial, de la que saldrán los ocho cuartofinalistas.
Para tener opciones de estar en los Juegos, pues, España tendrá que estar por obligación en cuartos, que alcanzará virtualmente si es capaz de cobrar a Letonia este viernes (11:45). Una vez ahí, es probable que tenga que encontrar aliados. Cuantos menos europeos accedan a semifinales, más opciones tendrá de estar en París por la vía rápida. Por el camino, pueden ayudarle Estados Unidos, Canadá, la República Dominicana (revelación, con Karl-Anthony Towns a la persona, que ha pasado a la segunda grado con tres victorias y ninguna derrota); y, si no es rival de los de Scariolo en unos hipotéticos cuartos de final, Australia.
La Selección, número uno en el ranking FIBA, sí tiene garantizada ya un objetivo de mínimos: la clasificación para el Preolímpico, en el que participarán 24 equipos, que se dividirán en cuatro grupos de seis que jugarán en sedes distintas. Sólo los primeros de cada categoría estarán en los Juegos. Esos cuatro clasificados se unirán al huésped, Francia, y a las siete plazas restantes que reparte el Mundial: una para África, una para Asia, dos para América y dos para Europa. El gran objetivo de España, antaño de pensar en metas mayores en el Mundial, es estar entre los dos mejores europeos para comprobar su clasificación para los Juegos de París. Para que el plan sala perfectamente, la primera condición sine qua non es obtener a FIlipinas. Esto es, alcanzar los cuartos.