Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inició el año con la cometido de revivir la ardor que le permitió vencer a Donald Trump en las elecciones de 2020 y lo llevó a la Casa Blanca con niveles récord de décimo, especialmente entre los jóvenes.

Recuperar la confianza de los votantes no será obediente para Biden, cuyos índices de aprobación se encuentran en el 34 %, la emblema más mengua de cualquier presidente estadounidense que pesquisa la reelección, según una sondeo de la Universidad Monmouth.

Pese a ello, la campaña ha procurado transmitir la idea de que no hay motivo para alarmarse, enfocándose en resaltar los éxitos económicos del mandatario, las inversiones realizadas en infraestructura y sus esfuerzos por revitalizar a la clase media.

Una organización fundamental de la campaña es resaltar las divergencias entre Biden y Trump, subrayando el compromiso del flagrante mandatario con la democracia frente a las tendencias autoritarias del que posiblemente acabará siendo el candidato presidencial del Partido Republicano.

En una entrevista con EFE en octubre, la jefa de campaña de Biden, Julie Chávez, nieta del quimérico líder sindical César Chávez, se mostró confiada en que los votantes reconozcan, al igual que lo hicieron en 2020, la amenaza que representa Trump para la democracia.

«No puedo pensar en una comicios más trascendental que esta cuando consideramos todo lo que está en recreo. Nunca imaginé que presenciaría en mi vida el tipo de radicalismo que estamos viendo», afirmó Chávez.

Ante equiparable amenaza, Biden no está perdiendo el tiempo. Según un memorando publicado por la campaña en diciembre y titulado ‘Por qué Joe Biden ganará en 2024’, operativos políticos demócratas de parada rango ya están desplegados en estados secreto como Carolina del Sur, Nevada, Michigan y Wisconsin.

Esfuerzos para aparecer a los votantes

También se están acelerando los esfuerzos para aparecer a los votantes hispanos con anuncios en inglés, gachupin y hasta en spanglish.

Más delicado para la campaña es conversar sobre la momento del presidente, el más viejo de toda la historia de Estados Unidos.

El propio Biden ha intentado restar importancia al tema con bromas, por ejemplo diciendo que era «difícil cumplir 60» en su 81 cumpleaños este año.

Sin bloqueo, cada vez más votantes, incluidos demócratas, ven con preocupación su capacidad para desempeñar el cargo durante cuatro abriles más.

Según una sondeo publicada en septiembre por la condena ABC y The Washington Post, tres cuartas partes de los estadounidenses consideraron que Biden es demasiado viejo para postularse a la reelección.

En contraste, solo la medio de los estadounidenses creen que Trump es demasiado viejo para competir por la Casa Blanca.

Trump tiene 77 abriles, solo cuatro menos que Biden; pero tiene la delantera de ocurrir menos tiempo en el foco de la opinión pública y los votantes suelen percibirlo como alguno con más energía.

No ayuda que Biden haya tropezado varias veces frente a las cámaras de televisión y cada vez remolque más las palabras al conversar, una dificultad que tiene sus raíces en el tartamudeo que experimentó en su infancia y que ha resurgido con el paso de los abriles.

Aparte de la momento, otro tema que podría ocurrir disposición a Biden es la ataque israelí en la Franja de Gaza, que ya ha dejado más de 21.600 fallecidos.

Grandes ciudades como Nueva York, San Francisco y Washington D.C. han sido tablado de masivas manifestaciones, donde numerosos jóvenes que respaldaron a Biden en 2020 o plantean sufragar por primera vez en 2024 ahora expresan abiertamente su burla con el presidente.

Biden no tendrá el voto de Aliaa Essaf

«Biden no tendrá mi voto, y lo digo con total seguridad». Dijo a EFE Aliaa Essaf, de 21 abriles y origen marroquí, durante una manifestación en Washington en noviembre.

Este sentimiento se extiende a otros votantes, según una sondeo de octubre del Instituto Árabe-Americano. Según ese escarbado, el respaldo a Biden entre los árabe-estadounidenses, un género de votantes crucial en estados secreto, ha disminuido considerablemente, pasando de un cómodo 59 % en 2020 a solo el 17 %.

Sin bloqueo, de todos los desafíos que enfrenta Biden. El más preocupante es la desliz de chispa, de entusiasmo, entre el electorado, contó a EFE una fuente demócrata ajena a la campaña.

Para solucionarlo, la campaña está centrándose en temas como el fracaso, que tocan muy de cerca a algunos votantes. Y ya sirvió para que los demócratas cosecharan mejores resultados de lo esperado en las elecciones de medio término de 2022.

La vicepresidenta, Kamala Harris, que volverá a ser la compañera de fórmula de Biden, tiene previsto iniciar una “paseo por las libertades reproductivas”. El 22 de este mes en Wisconsin, poco antaño del inicio de las primarias del Partido Demócrata.

Fecha de primarias

Esas primarias empezarán el día 3 de febrero en Carolina del Sur y terminarán en agosto en Chicago. Con la convención demócrata, donde Biden será consagrado oficialmente como el candidato presidencial de ese partido.

Aunque la nominación de Biden no está en peligro. Dado que sus contendientes son escasamente conocidos, es innegable que las primarias poseen un gran contenido simbólico.

Servirán para determinar el entusiasmo de los votantes con su candidatura y, sobre todo, determinarán la capacidad de Biden. Para revivir la ardor que tanto necesitará para vencer a Trump en las elecciones de noviembre.

Con información de EFE.