México. -Los representantes de los gobiernos de Estados Unidos y México se reunirán en enero en Washington para avanzar en los esfuerzos para hacer frente al creciente flujo migratorio, que se ha convertido en un dolor de cabecera para la distribución de Joe Biden en medio de la campaña electoral estadounidense.
Ese fue uno de los puntos acordados en el audiencia que sostuvo la víspera el presidente Andrés Manuel López Obrador con el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, señaló un comunicado conjunto de los dos gobiernos que se dio a conocer el jueves.
La reunión coincidió con el desmantelamiento que realizaron autoridades mexicanas de un precario campamento de tiendas de campaña abandonadas por migrantes situado a lo espléndido del río Bravo en la plaza fronteriza de Matamoros, evento que probablemente podría ser una señal de las acciones que se avecinan del banda de México para atender el creciente número de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos.
El obturación temporal de dos cruces ferroviarios fronterizos en Texas ha sido un mensaje claro de que Estados Unidos necesita que México haga más para evitar que los migrantes suban a los trenes de carga, autobuses y camiones para obtener a la frontera.
Ante la desesperación de que se abran esos cruces para el trasiego de sus mercancías, México ha empezado a dar muestras de que empezará a colaborar en la labores migratorias.
Encuentro entre Blinken con López Obrador
Lo sucedido en Matamoros fue un claro ejemplo, mientras Blinken se reunía con López Obrador en la hacienda mexicana.
El audiencia se dio tras una convocatoria telefónica que realizó el 20 de diciembre Biden a su par mexicano para expresarle la preocupación de su gobierno por el creciente flujo de migrante en la frontera sur de Estados Unidos, donde llegaron a detectarse hasta 12,000 cruces ilegales al día, informó el jueves López Obrador. A raíz de esa convocatoria los dos decidieron averiguar juntos una alternativa.
Los migrantes se instalaron en la orilla del río, frente a Brownsville, Texas, a finales de 2022 y el campamento llegó a conservar hasta 1.500 migrantes, pero muchas tiendas fueron desalojadas en los últimos meses mientras los migrantes vadeaban el río para obtener a Estados Unidos.
Segismundo Doguín, cabecilla del Instituto Nacional de Migración en Tamaulipas, negó que se tratara de un desalojo.
“Lo que estamos haciendo es que carpa que vemos vacía, carpa que estamos quitando… pues ya se están empezando a ir” los migrantes.
Segismundo Doguín, cabecilla del Instituto Nacional de Migración en Tamaulipas
Pero un migrante hondureño que sólo quiso dar su nombre de pila, José, afirmó que algunos de los 200 migrantes que quedaban habían sido prácticamente obligados a desatender el campamento a última hora del martes.
“Nos corrieron a todos”, dijo. Según explicó, les avisaron con muy poco tiempo para sacar sus tiendas y pertenencias del camino y se sintieron intimidados por la excavadora que se movía entre las tiendas. Los migrantes, agregó, “tenían que pasar por su vida, porque si no, podía sobrevenir un contratiempo”
Algunos de los migrantes se trasladaron a una zona cercada del campamento asignada por los agentes de migración, pero eso no les quitó el miedo.
Unos 70 migrantes se lanzaron al río la tinieblas del martes y cruzaron alrededor de Estados Unidos. Quedaron atrapados durante horas a lo espléndido de las márgenes, bajo las filas de alambre de púas que se instalaron por órdenes del dirigente de Texas.
Los migrantes que se han gastado obligados a dejar el campamento tienen pocas opciones, señaló Glady Cañas, fundadora de la ordenamiento no público Ayudándoles a Triunfar, con sede en Matamoros.
“Pues la verdad es que los albergues están saturados”, señaló.
Cañas se encontraba el miércoles en el campamento, donde caminaba entre las tiendas de campaña y alentaba a los migrantes a evitar cruzar ilegalmente alrededor de Estados Unidos, especialmente luego de que varias personas murieron ahogadas en los últimos días.
Las industrias mexicanas se vieron afectadas la semana pasada por el obturación temporal de dos cruces ferroviarios con Texas, llevado a término con el argumento de que se tuvo que reasignar a agentes de la Patrulla Fronteriza para hacer frente al elevado número de cruces migratorios.
Otro cruce fronterizo permanecía cerrado en Lukeville, Arizona, y las operaciones quedaron suspendidas parcialmente en San Diego y Nogales, todavía en Arizona.
López Obrador indicó el jueves en su conferencia matutina que los delegados de los dos gobiernos se comprometieron a apoyar reuniones periódicas para fomentar una migración ordenada y a reforzar la cooperación para asaltar las causas económico-sociales que llevan a miles de personas a dejar sus hogares.
Como parte de las políticas de cooperación los dos gobiernos se comprometieron todavía a intensificar esfuerzos para “interrumpir el tráfico de personas, la tráfico y las redes criminales”, refirió el comunicado conjunto.
“Tenemos que estar atentos para que no se cierren los pasos”, sostuvo el mandatario mexicano al reafirmar la prioridad del gobierno para que Estados Unidos reabra los cruces fronterizos. “Ahora más que nunca es indispensable una política de buena inmediaciones con Estados Unidos”, agregó.
Por su parte, Blinken todavía alabó los resultados del audiencia que se realizó el miércoles en la hacienda mexicana y dijo en un mensaje de su cuenta de X, ayer Twitter, que Washington estaba comprometido con México para asaltar diversos desafíos, incluida la papeleo de la migración irregular, la reapertura de los cruces fronterizos y la lucha contra el fentanilo y otras drogas sintéticas.
Blinken estuvo acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
Asignación de agentes
México ya ha asignado a más de 32,000 agentes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional — rodeando del 11% de sus fuerzas— para la aplicación de las leyes migratorias.
Pero las deficiencias de dicha medida quedaron al descubierto el martes, cuando principios de la Guardia Nacional no hicieron intento alguno por detener a una caravana integrada por rodeando de 6.000 migrantes, la mayoría de ellos procedentes de Centroamérica y Venezuela, cuando pasaron frente al principal punto de inspección migratoria en el estado de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala.
López Obrador minimizó el jueves la caravana y aseguró que ya se ha escaso a unas 1.582 personas luego de que algunos migrantes decidieron separarse del clase. Pero el instigador Luis García, coordinador de la ordenamiento particular Centro de Dignificación Humana que tutela al clase, negó esa información e indicó a AP que aún siguen marchando unas 7,000 personas, de las cuales cerca de la medio son menores de vida.
México ha permitido en ocasiones anteriores el avance de este tipo de caravanas, confiando en que se cansarán de caminar a lo espléndido de la carretera.
Pero dejar que se cansen — obligando a los venezolanos y otros migrantes a recorrer a pie la peligrosa bosque del Tapón del Darién, en Panamá, o desmontar a los migrantes de los autobuses de pasajeros en México — es poco que ya no funciona.
“La travesía no es obediente. Esperamos que el gobierno mexicano nos ayude a sacar ese permiso que necesitamos en la Ciudad de México para poder trabajar porque no tenemos ni para manducar”, dijo el ecuatoriano Javier Añasco, mientras caminaba yuxtapuesto al clase migrantes rumbo a la plaza sureña de Mapastepec.
Añasco admitió que su anciano motivación para seguir delante es su esposa y tres hijos que dejó en Ecuador en precarias condiciones económicas. “Queremos que el presidente mexicano nos ayude, que se solidarice con nosotros porque no venimos a hacerle un daño a nadie”, agregó.
La cantidad de migrantes que han abordado los trenes de carga para atravesar México ha sido tal que una de las dos principales compañías ferroviarias del país se vio obligada a suspender sus servicios en septiembre por motivos de seguridad.
Los cierres de los cruces ferroviarios en Texas interrumpen los cargamentos que van de México a Estados Unidos, así como el traslado de los granos que se necesitan en México para procurar al ganadería.
López Obrador ha dicho que está dispuesto a ayudar, pero quiere que Estados Unidos envíe más ayuda para el crecimiento en los países de origen de los migrantes, reduzca o elimine las sanciones sobre Cuba y Venezuela e inicie un diálogo con el gobierno de La Habana.
Fuente: VOA