El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, concluyó este martes los trabajos del equipo de transición con unas duras críticas al mandatario Jair Bolsonaro, a quien calificó como un “ser irracional” e “inhumano”.

Lula encabezó un acto simbólico con el equipo que, durante las últimas semanas, recabó informaciones del Gobierno de Bolsonaro para preparar la gestión que el líder progresista iniciará tras su investidura, el próximo 1 de enero.

“Tenemos una radiografía perfecta del estrago que fue hecho en este país, y la palabra perfecta es estrago”, declaró Lula, quien precisó que el nuevo Gobierno enfrentará una gravísima situación social, dada sobre todo por el hambre que padecen unos 33 millones de brasileños.

Atribuyó esa realidad a “ese ciudadano”, en alusión a Bolsonaro, de quien aseguró que “es una figura irracional, sin corazón, sin sentimientos, mentiroso, que no es capaz de expresar un gesto de solidaridad ni lloró una lágrima por quienes murieron de covid”.

Subrayó que Bolsonaro “sigue incentivando a los fascistas que están en la calle”, que este lunes promovieron unas violentas protestas en Brasilia y que desde las elecciones del pasado 30 de octubre acampan a las puertas de cuarteles exigiendo un golpe militar que impida su investidura.

Recordó que en su vida ha sido candidato a la Presidencia seis veces y que tres de ellas fue derrotado.

“Siempre que perdí respeté a quien había ganado y lo llamé para felicitarlo”, pero “este ciudadano todavía no reconoce su derrota”, dijo sobre Bolsonaro.

No obstante, aseguró que ahora “lo que toca es gobernar”, que “es cuidar de la población y, sobre todo, de los más pobres”, garantizó.

En el mismo acto, confirmó que Aloizio Mercadante, quien dirigió al equipo de transición, asumirá la presidencia del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que estará volcado a esos segmentos más vulnerables de la sociedad.

Según Mercadante, el Gobierno de Lula encontrará una delicada situación fiscal y será obligado a “hacer más” con menos recursos.

“Aunque el Gobierno actual dice que la situación está muy bien”, se ha comprobado que “no hay recursos para la salud, para educación, para seguridad pública o defensa civil” y que existe un panorama que definió como “un apagón fiscal”, afirmó.

También este martes fue confirmada la popular cantante Margareth Menezes como futura ministra de Cultura y la primera mujer y negra del gabinete que asumirá junto con Lula el próximo 1 de enero.

Hasta ahora, Lula ya había nombrado a sus futuros ministros de Hacienda, Defensa, Relaciones Exteriores, Justicia y Presidencia.

En Hacienda, eligió a Fernando Haddad, un hombre de su mayor confianza, al igual que Rui Costa, quien ocupará el Ministerio de la Presidencia.

Al frente de la Cancillería estará Mauro Vieira, diplomático de carrera que ocupó este cargo entre 2015 y 2016, durante la gestión de Dilma Rousseff.

El ministro de Defensa será José Múcio, exdirector del Tribunal de Cuentas, organismo que supervisa las cuentas públicas, y tiene una larga y excelente relación con las Fuerzas Armadas.

La cartera de Justicia le ha sido encomendada a Flávio Dino, un político cercano a Lula que fue exgobernador de Maranhao y en las elecciones de octubre pasado obtuvo un escaño en el Senado.

Lula no ha configurado por completo a su nuevo Gobierno, pero el equipo de transición adelantó que tendrá en torno a 35 ministerios, frente a los 23 que mantuvo Bolsonaro, quien al asumir el poder extinguió diversas carteras, entre ellas la de Cultura.