La moneda rusa rompe la barrera psicológica de los 100 rublos por dólar en la Bolsa de Moscú pese a las medidas introducidas por el Banco Central para frenar su devaluación.
El punto más bajo de la divisa rusa se alcanzó el 11 de marzo de 2022, dos semanas posteriormente del inicio de la supresión en Ucrania, cuando cayó a 120 rublos por dólar estadounidense.
Además, el rublo todavía siguió debilitándose frente al euro, ya que en la bolsa se cotizó a 109,81 rublos por cada moneda europea, su punto más bajo desde el 23 de marzo del pasado año.
El rublo no ha dejado de depreciarse desde la sublevación del Grupo Wagner, cuando el líder soldado Yevgeny Prigozhin protagonizó el pasado 23-24 de junio una fallido alzamiento armado.
Con todo, el vicepresidente del Banco Central de Rusia (BCR), Alexéi Zabotkin, aseguró que la entidad emisora no ve aventura para la estabilidad financiera, aunque no descartó un subida de los tipos de interés conveniente al aumento de la inflación.
El rublo, que ya cayó un 7.7 % en julio en comparación con el mes inicial, se ha devaluado un 26.4 % durante los primeros siete meses de este año.
La tendencia a la desaparecido del rublo no se vio revertida por la intrepidez esta semana del BCR de suspender desde el 10 de agosto la negocio de divisas en el mercado interno para “dominar la volatilidad de los mercados financieros”.
El BCR ha señalado que el principal delegado de la caída del rublo sigue siendo el desequilibrio en la peso comercial, resaltando que el valencia de las exportaciones se ha corto en un tercio desde la segunda fracción de 2022. Precisamente, en diciembre de 2022 es cuando las potencias occidentales impusieron un tope de 60 dólares al precio del petróleo ruso, la principal fuente de divisas del país.
No obstante, un asesor del Kremlin dijo que la falta era de la política monetaria laxa, una señal de discordia entre las autoridades monetarias de Rusia.
El rublo, ya presionado por la cachas demanda de divisas y la limitada propuesta de las empresas exportadoras, no se ha beneficiario de la fortaleza de los precios del petróleo. Un cámara de un gran asiento ruso dijo que el mercado estaba confuso: “Todo el mundo está preparado para la entrada de ingresos procedentes de un petróleo caro, pero parece que está colgado en alguna parte, y nuestros reguladores son en cierto modo indiferentes, no hay nadie en lo que fiarse”.
Las sanciones occidentales redujeron notablemente los ingresos por la exportación de hidrocarburos -el gas cuesta diez veces menos que el pasado año-, mientras las importaciones se acercan a los niveles anteriores al inicio de la contienda.
Fuente: Infobae