Él Presidente Nayib Bukele cumple cuatro primaveras en el poder este jueves en El Salvador con gran popularidad por su «aniquilamiento» contra las pandillas, las terribles maras salvadoreñas. Pero se intensifican las críticas a la vigencia de los títulos democráticos. Y están llegando informes de detenciones arbitrarias y desapariciones.
A los salvadoreños les encanta. Nueve de cada diez aprueba la encargo de Bukele, que ha devuelto la seguridad a las calles. Pero su cruzada contra las pandillas ha encendido las alarmas entre los defensores de los derechos humanos, y algunos analistas advierten que parece estar gobernando sin el investigación de otros poderes del Estado.
“El tema de la reducción del funcionamiento de las pandillas se puede etiquetar como un logro sobresaliente (…), por la reducción en el número de delitos cometidos”, explica Carlos Carcach, investigador del campo de acción de políticas públicas de la Escuela Superior Escuela de Economía de la Empresa.
“El resultado principal es el tema de la seguridad, el desmantelamiento de las bandas”, coincide Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva.
“Realmente generó un nuevo clima en el que comenzamos a ver una revitalización del tejido de fabricación de microempresas”, dice.
14 meses de régimen de excepción
Las bandas mantenían el control del 80% del región del país, según el gobierno, y se financiaban con extorsiones masivas, sicarios y narcotráfico.
Para combatirlos, existe desde hace 14 meses un régimen de emergencia que permite a la policía y al ejército realizar detenciones sin orden procesal.
La medida fue aprobada por el Congreso a pedido de Bukele, en respuesta a una ascenso de violencia de pandillas que cobró la vida de 87 personas.
Las autoridades han desalojado barrios y recuperado miles de viviendas usurpadas por pandilleros. Los homicidios cayeron en 2022 a una cuarta parte de la número de 2019, según datos oficiales.
Amenazada por las pandillas, Cristina Arévalo, de 71 primaveras, tuvo que cerrar hace unos primaveras su pequeño lugar en las extrarradio de San Salvador, pero ahora pretende reabrirlo.
“Con la seguridad que hay, reabriré pronto, porque ya no me van a dañar”, dice.
Cerca de 69.000 presuntos pandilleros han sido arrestados hasta el momento, de los cuales en torno a de 5.000 han sido liberados, según el gobierno.
La prisión más excelso de América.
Para encerrar a los pandilleros, Bukele construyó una megacárcel para 40.000 presos, la “calabozo más excelso de América”, con un duro régimen de toril.
La ONG Cristosal dijo que 153 detenidos habían muerto «bajo custodia estatal» hasta abril.
Bukele, publicista de redes sociales de 41 primaveras, ha enfrentado una concurso casi inexistente desde el «shock» de 2019, cuando derrotó a candidatos de los principales partidos de derecha e izquierda.
Con el apoyo del Congreso, donde tiene amplia mayoría, en 2021 destituyó a los cinco magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la máxima instancia procesal del país.
También destituyó al fiscal militar ya una tercera parte de los 690 jueces (los mayores de 60 o 30 primaveras de servicio). Por ello, Estados Unidos, Naciones Unidas y la OEA han llamado a El Salvador a respetar la separación de poderes.
reelección
Además, Bukele obtuvo la autorización de la Corte Suprema para averiguar la reelección en 2024, a pesar de que la Constitución lo prohíbe, generando un debate sobre la moralidad de la medida.
«El gobierno y el presidente tienen todo dinámico para la reelección, no solo por el apoyo popular, sino porque tienen el control de la mayoría de las instituciones», dijo el rector de la Universidad Centroamericana (UCA), Omar Serrano. dijo a la AFP.
«Fue un gobierno que sacudió al país», pero que «le quitó muchas cosas, que minaron los incipientes avances democráticos que se estaban dando», añade.
La desaparición del estado de derecho
Para Carcach, el costo de contener a las pandillas ha sido «la implementación de un régimen de excepción que implica la desaparición del estado de derecho y el reinado de la constitución».
El sacerdote jesuita y profesor de la UCA Rodolfo Cardenal dice que el país vive “la oposición del derecho constitucional y de los derechos humanos”.
No se puede «resolver un crimen cometiendo una serie de violaciones», dice.
salvadoreños aprueban
Los salvadoreños apoyan los métodos de Bukele porque “el país tiene una mentalidad dictatorial y autoritaria desde hace mucho tiempo, y porque creen que esa es la decisión, pero no es sostenible en el prolongado plazo”, advierte Cardenal.
Otra medida polémica de Bukele fue la asimilación de bitcoin como moneda de curso judicial.
En septiembre de 2021, El Salvador fue el primer país en adoptar bitcoin, anejo con el dólar, que existe desde 2001. Pero el precio de la criptomoneda se ha desplomado y ha tenido poca popularidad en el país.
La asimilación de Bitcoin “ha sido la medida más impopular y la que menos apoyo social ha tenido”, dice Serrano, cabecilla de estudios de opinión pública de la UCA.