Las autoridades de la ciudad china de Heihe, en la frontera con Rusia, al otro lado del río Amur, han decidido responder al último brote del covid-19 —un total de 240 contagios registrados para el domingo— desatando una “guerra popular” entre sus residentes.
En su intento por romper las cadenas de transmisión, la Administración local anunció este lunes que ofrecerá una recompensa de 100.000 yuanes (unos 15.640 dólares) a quienes compartan pistas importantes que ayuden a rastrear la fuente del contagio, ya sean los potenciales infectados, objetos o lugares.
“Se espera que el público general coopere activamente en el rastreo del virus y proporcione las pistas relacionadas”, señalaron las autoridades de Heihe en un comunicado, en el que subrayan la necesidad de “librar una guerra popular” para encontrar la fuente de la infección y hacer eficaces los trabajos de prevención y control de las epidemias.
Los vecinos que tengan conocimiento de algún indicio de transmisión del coronavirus entre personas, bien a través de objetos o de determinados lugares donde hubo contacto con casos confirmados, deberán informar inmediatamente a las autoridades sanitarias, así como entregarles los materiales, alimentos o envases pertinentes.
A partir del 1 de octubre, hacer compras por Internet, sobre todo si se trata de alimentos congelados, implica la obligación de desinfectar los artículos adquiridos y los envases de inmediato, enviarlos al Centro de Control y Prevención de Enfermedades municipal para asegurarse de que están libres del coronavirus y conservar el ticket.
Además, se prevén severos castigos para quienes oculten intencionadamente información que podría ayudar a las autoridades a rastrear el virus o se nieguen a proporcionar la información veraz que afecte a los esfuerzos por atajar el brote de covid-19. Sin embargo, las personas que hayan cometido infracciones leves al respecto y expliquen su situación a las autoridades de forma proactiva quedarán exentos de la sanción.