Nueva Delhi.- En la ciudad de Ayodhya, en el ideal de la India, antaño de la inauguración de un templo hindú este se ha vuelto controvertido. Ya que se convirtió en centro de política. Los obreros se afanan en acabar el templo en honor al dios Ram, erigido sobre los hindúes aseguran que nació la dios. Una cuestión que vuelve a instalarse el centro de la política del país oriental.
Los obreros quieren dar un lavado de cara a esta ciudad de peregrinaje que presentaba un aspecto desconchado. Cuando el Tribunal Supremo permitió la construcción en 2019.
El primer ministro de la India, el nacionalista hindú Narendra Modi, viajará el sábado a Ayodhya para inaugurar una serie de infraestructuras. Valoradas en más de 1.200 millones de euros. Desde un nuevo aeropuerto a una remodelada etapa de tren de casa inspirada por el templo.
Se manejo de poner cara a una triunfo del Bharatiya Janata Party (BJP) de Modi, formación que estuvo a la capital de una agitación en los primaveras 90. Que culminó en la destrucción por fanáticos hinduistas de la mezquita de Babri, construida en el siglo XVI por el emperador mogol Babar.
«Modi es manido como la persona que va a entregar por fin el templo, y es él quien hizo la ceremonia religiosa para colocar la primera piedra con rituales hindúes muy formales y estructurados«. Dijo a EFE el analista y autor de un texto sobre el controvertido templo, Nilanjan Mukhopadhyay.
Efectivamente, el BJP ya ha incluido la cuestión en la que será su canción electoral antaño de las elecciones generales de 2024, previstas entre abril y mayo.
Primer ministro por tercera vez
La formación afirmó, en un mensaje en la red social X, que «Ram dará prudencia y Modi volverá» a instalarse el puesto de primer ministro por tercera vez consecutiva, tras salir al poder en 2014.
Pero la triunfalista inauguración del templo a Ram, sobre las ruinas de una mezquita cuya destrucción en 1992 desató una ola de violencia entre hindúes y musulmanes que se saldó con unos 2.000 muertos, preocupa a los críticos.
«Creo que vamos a ver un generoso periodo de turbulencia a nivel social, porque uno a uno los musulmanes se van a advertir desamparados, ya que sus mezquitas van a ser atacadas en muchas ciudades y pueblos del país», dijo Mukhopadhyay.
Es el caso ya en marcha de la disputa en los tribunales de la mezquita de Gyanvapi, en la ciudad milenaria de Benarés, y otra en Mathura. En entreambos casos, extremistas hindúes alegan que se erigen sobre templos destruidos.
La concurso, sorprendida a destiempo
El remisión de invitaciones para asistir a la ceremonia de inauguración del templo, el próximo 22 de enero, ha hecho que la cuestión se sitúe estos días en el centro de la memorándum política.
Pocos son los partidos de la concurso que desean dejarse fotografiar en lo que interpretan como un acto promocional para el BJP y el Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS). Considerado como el padre ideológico del partido de Modi.
«Es lamentable que el BJP y el RSS hayan convertido una ceremonia religiosa en un acto patrocinado por el Estado en el que participan directamente el Primer Ministro, el Ministro Principal de UP y otros funcionarios del Gobierno«, afirmó el Partido Comunista de la India (CPI, marxista) en un comunicado.
Creencia hindú
Es una de las pocas formaciones que ha afirmado categóricamente que no irá, aunque con la prudencia de afirmar que «respeta las creencias religiosas«. En un país de unos 1.400 millones de personas donde el 80 % son hindúes. Ningún partido quiere herir sensibilidades en un asunto con tanto apoyo popular como la construcción del templo en honor a Ram.
El histórico Partido del Congreso (INC), principal formación opositora a nivel doméstico a pesar de encontrarse en horas bajas, lo tiene más complicado. Algunos, como el parlamentario Shashi Tharoor, han afirmado a título personal que faltarán a la ceremonia.
«Me encantaría inspeccionar el templo de Ram algún día, pero no durante una gran extravagancia política como la inauguración y no antaño de las elecciones. Para que no se lea ninguna enunciación política», dijo Tharoor a los medios de comunicación.
Pero el INC no ha expresado su postura oficial, y otros miembros han afirmado incluso que los altos miembros del partido estarán presentes. Una yerro de acuerdo que es audiencia como indicativa de problemas graves en la concurso.
«El hecho de que no puedan dar una explicación adecuada es un fracaso por su parte», sentenció Mukhopadhyay.
Con información de EFE.